EL PULSO... COMO VIBRACION Y ECO DE LO ETERNO EN EL SER HUMANO

Según la Medicina Tradicional China, la sangre transporta el alma como vivencia del espíritu en el universo. La sangre, es guardada en un cuenco vacio, como es el corazón y siendo lo más interno e intimo en el ser humano, la sangre es sinónimo del alma.
La sangre permite vehiculizar el pulso debido a que es el eco o latido del corazón, que viaja por la sangre y que lo podemos escuchar a través de nuestras manos, convirtiendo nuestros dedos en una extensión de los oídos. Siendo el pulso una vibración, esta vibración es el verbo, es decir es la expresión del espíritu en el corazón.
Según la tradición China el ser humano contiene en sí, los cinco elementos o Reinos Mutantes, estos son: Agua, Madera, Fuego, Metal y Tierra, cada ser de humanidad, tiene un pulso propio, la clase de pulso depende del sexo, la edad, el clima, la estación, su estado físico, sus vivencias, entre otros. Si los cinco elementos estas regulados armónicamente en el ser, su pulso será adecuado, pero si alguno de estos elementos no esta regulado, influye de manera no positiva en su pulso, es decir en su estado de salud.
La mayoría de los seres humanos presentan desequilibrio en alguno de los elementos y tendera a adquirir de manera negativa alguna cualidad disfuncional del elementos debido a que cada elemento es representante de algún órgano o entraña particular. Es decir que si no hay armonía y equilibrio en los cinco elementos de los cuales esta compuesto, algún órgano o entraña estará disfuncional por tanto, mediante el tacto del pulso del individuo, se nos permite determinar si hay desequilibrio en algún elemento, por tanto en algún órgano o entraña.
Cada elemento tiene una característica; por ejemplo el pulso de agua es profundo, pequeño y contraído. El pulso de madera es tenso, el pulso del fuego es superficial, amplio y lleno, el pulso de tierra es resbaladizo y el pulso del metal es flotante.
Como podemos observar, el ser humano es un rompecabezas en donde cada pieza es importante y única, es por tanto que al faltar una de éstas, el ser de humanidad entra en tiempo de enfermar, por tanto para que el rompecabezas funcione en armonía con el plan universal, requiere empezar por alimentar adecuadamente no solo su cuerpo, sino a la vez su mente y su espíritu. Y ¿cómo alimentarlo? Hay practicas muy sencillas que alimentan adecuadamente nuestra mente y espíritu y que por tanto regulan armónicamente el pulso como son: la respiración, el silenciar la mente o por lo menos dejar a un lado los pensamientos negativos, el hacer algunos minutos de silencio diario quizá 5 minutos para ir progresando poco a poco y la rendición y humildad ante el Ser Divino que nos mantiene y entretiene, aquí, ahora, para que podamos vibrar al unísono con la melodía y sinfonía universal.

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